Desde que en 1663 se comenzara a edificar en una crujía del castillo la actual iglesia de san Juan Bautista y se utilizaran su muros como cantera, el estado de la fortificación quedó semirruinoso, pero se conserva todo su recinto murado hasta el nivel del camino de ronda.
Está construido de sillarejo y argamasa. Sus muros, de casi tres metros de espesor, están construidos para resistir el ataque de la artillería de la época. En la parte baja, además está reforzado por un talud que dificulta su conquista.
Tiene forma de cuadrado irregular. Sus esquinas están fortificadas con cubos de planta circular. El del Norte era su torre del homenaje. Estos torreones tienen cúpula de ladrillo y estaban coronados con casamatas o amplias plataformas para el emplazamiento de la artillería.